Osmosis inversa

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Osmosis inversa

Como todos sabemos, el agua es el origen fundamentalmente de la vida y esencial para el ser humano, así como para el resto de los animales y seres vivos que nos acompañan en el planeta Tierra. El 96% corresponde al agua salada de mares y océanos, un 3% se encuentra en estado sólido en los polos en forma de hielo y sólo un 1% representa al agua potable en ríos, lagos, etc. 

El agua tal y como la encontramos en la naturaleza no es utilizable directamente para el consumo humano ni para la industria porque no es suficientemente pura. A su paso por el suelo, por la superficie de la tierra o incluso a través del aire, el agua se contamina y se carga de materias en suspensión o en solución: partículas de arcilla, residuos de vegetación, organismos vivos (plancton, bacterias, virus), sales diversas (cloruros, sulfatos, carbonatos de sodio, calcio, hierro, manganeso…) materias orgánicas (ácidos húmicos, fúlvicos, residuos de fabricación) y gases.

La presencia de esta gran cantidad de impurezas, exige el tratamiento de las aguas antes de su utilización para evitar todo daño a nuestra salud y medio ambiente.

Índice

Propiedades del agua

Para conseguir los resultados deseados, desde la obtención de un líquido claro y limpio para el consumo humano, hasta la del agua extra pura que exige la industria electrónica moderna, será necesario aplicar, independientemente o de forma combinada, los procesos cuyos principios básicos se exponen a continuación.

Propiedades físicas

  • Masa volumétrica: la masa volumétrica del agua pura a 15ºC, a la presión atmosférica, es de 0,9990 kg/dm3. Las de las aguas naturales varía con el contenido en sustancias disueltas. El agua de mar, de salinidad 35 g/dm3, tiene una masa volumétrica media de 1,0281 kg/dm3.

  • Propiedades térmicas: los calores latentes de transformación son para la fusión: 79 Kcal/kg, para la evaporación 539 kcal/kg a la presión normal y a 100ºC. Debido a los valores elevados del calor latente de transformación, las grandes extensiones de agua en la tierra constituyen verdaderos reguladores térmicos. La utilización del agua en la industria, como fluido portador de calor, se debe a esta razón.

  • Viscosidad: es la propiedad que tiene un líquido de oponer resistencia a todo movimiento, ya sea interno o global como el flujo: es un factor fundamental de las pérdidas de carga, por lo tanto, desempeña un importante papel en el tratamiento del agua. Disminuye cuando aumenta la temperatura. Por el contrario aumenta con el contenido en sales disueltas, por lo que el agua de mar es mucho más viscosa que el agua de río.

  • Conductividad: el agua es ligeramente conductora, su conductividad aumenta cuando disuelve sales y varía en función de la temperatura..

Propiedades químicas

  • pH: es el exponente de la concentración de iones H+. Un ácido es un cuerpo capaz de ceder H+ y una base es un cuerpo capaz de fijar H+. Según la legislación nacional, el agua apta para el consumo humano debe estar entre 6,5 y 9,5 grados de pH. Por encima de los 9,5 grados el agua presenta un exceso de minerales muy nocivo para la salud y por debajo de 6,5 grados de pH se requiere aumentar ajustándolo a los 7 grados que consideramos como intermedio o neutro para tener un agua más saludable.

¿Cómo medir el pH del agua? TUGARO, aconseja usar un medidor digital de pH. Ofrece una medida que permite la diferenciación en variaciones de décima de grado de pH. (0,1 puntos de pH.). Su utilización es realmente sencilla. Solo introducir la parte del electrodo en agua y esperar unos segundos a que tome la medida. Después de tomada la medida, basta con aclarar con agua corriente. Nunca aclarar con agua destilada o de ósmosis.

Por contra, hemos de decir que este tipo de medidores, requieren una calibración.
Dependiendo de la frecuencia de uso, y el grado de precisión que busquemos, tendremos que calibrar más frecuentemente. Esto anterior depende de la fiabilidad del modelo. Calibrando cada uno o dos meses, veremos si necesitaba la calibración o no. Dependiendo de la medida obtenida en la calibración, sabremos si lo tenemos que calibrar con más o menos frecuencia.

Si su uso es ocasional, para guardarlo durante más de un mes, es aconsejable el uso de una solución de almacenamiento. Esta solución impide la degradación del bulbo medidor, que es el sensor encargado de la medición.

  • Th: también llamado grado hidrotimétrico, indica la cantidad de sales de calcio y magnesio que tiene el agua o también llamada dureza total del agua*.

Podemos clasificar la dureza del agua en los siguientes tramos:

  • De 0 a 8˚F: se considera agua muy blanda
  • De 8 a 15˚F: se considera agua blanda
  • De 15 a 30˚F: se considera agua semi dura
  • De 30 a 55˚F: se considera agua dura
  • A partir de 55˚F: se considera agua muy dura

¿Cuáles son las diferentes formas de medir la dureza del agua? Lo más común es que la dureza se mida mediante valoración con una solución de EDTA. Una valoración consiste en añadir pequeñas cantidades de una solución a una muestra de agua hasta que la muestra cambie de color. Puede valorar la dureza total de una muestra con nuestro test kit de dureza. 

El test kit de dureza total, es un aparato portátil de pequeño tamaño para la medición (in situ) de la dureza del agua a nivel doméstico.

*Se entiende por dureza total (˚F), la suma de las durezas individuales debidas a los iones de calcio, magnesio, estroncio y bario en forma de carbonato o bicarbonato. La composición química del agua y su contenido en las sales de los iones antes mencionados depende del suelo del que provienen.

Corrosión del agua

El agua en su transporte o durante su utilización, puede causar, a los diferentes materiales con los que se pone en contacto, alteraciones de diversa naturaleza, entre las cuales las más frecuentes son la de corrosión de los metales y la de incrustación de materiales calizos.

El agua pura ataca siempre al hierro, ya que termodinámicamente, los dos cuerpos no presentan ningún aspecto común de estabilidad, sin embargo la cinética del proceso, que siempre es electroquímica, es muy diferente según que haya o no presencia de oxígeno: a este segundo caso corresponde la corrosión por hidrógeno.

Existen dos tipos de corrosión en los metales:

  • Corrosión por hidrógeno: en este caso, el hidrógeno gaseoso se forma a partir de los iones H- presentes en el agua, este tipo de corrosión es esencialmente electroquímica  y para ello es necesario que se definan dos polos uno electropositivo y el otro electronegativo también llamados cátodos y ánodos entre los cuales circula una corriente eléctrica. En el ánodo se produce una disolución del metal mientras que el cátodo se encuentra protegido contra la corrosión. La corrosión se desarrolla de forma indefinida, en tanto no quede limitado  por la ausencia de iones H+ que suele ocurrir a Ph elevado o por la saturación en el medio de iones Fe2+, que da lugar a un depósito protector por precipitación de hidróxido ferroso y detiene en principio la corrosión.

El flujo del electrolito arrastra el precipitado, por lo que, en la práctica, la corrosión por hidrógeno sólo puede detenerse en aguas estancadas. Como vemos no existe una zona de estabilidad común al hierro y al agua, por debajo de Ph 10,5, por encima del cual la corrosión es despreciable.

  • Corrosión por oxígeno: seguimos teniendo nuestros dos polos ánodo y cátodo, en presencia de oxígeno el hierro ferroso se transforma en férrico, formando Óxido Férrico que es muy soluble, por ello los productos de corrosión en un medio aireado, se acumulan alrededor del ánodo en lugar de ser arrastrados por el agua, no dejando una superficie limpia como sucede en la corrosión en medio no aireado, dichos productos forman las conocidas “postulas”, que se oponen más a la difusión del oxígeno y refuerza el carácter anódico de la superficie recubierta. Así se explican las perforaciones producidas en las corrosiones por oxígeno.

La incrustación: las aguas naturales contienen diferentes elementos químicos disueltos, entre los cuales el más frecuente es el bicarbonato cálcico, este elemento no existe en estado sólido, se encuentra, de forma inestable, en solución acuosa y tiende a perder ácido carbónico y a precipitar carbonato cálcico.

Para mantener el bicarbonato cálcico en solución, es necesario introducir cierta cantidad de CO2, llamada equilibrante, que hace retroceder la reacción de precipitación.

Un agua natural puede contener CO2 libre en cantidad superior a la necesaria para mantener el bicarbonato cálcico en solución, este CO2 excedente es agresivo frente a la caliza y si el CO2 libre es inferior al equilibrante, el agua sería incrustante. El proceso de precipitación del carbonato cálcico se acelera con la temperatura.

Qué es la osmosis

El proceso de “ósmosis inversa” consiste fundamentalmente en invertir por medios artificiales el proceso de “ósmosis natural” con lo cual, a partir de una solución concentrada en sales, aplicando una presión determinada se obtiene el paso de agua de esta solución a otra más diluida a la que llamaremos permeado y otra solución muy concentrada que se denomina rechazo. La relación entre el caudal de permeado y el caudal de alimentación del equipo se denomina conversión y se expresa en tanto por ciento.

Aquí se muestra un ejemplo del proceso en el cual se utiliza básicamente para la obtención de agua de alta pureza a partir de un agua con una concentración elevada de sales. En algunos casos, puede partirse incluso del agua de mar para obtener un agua que desee destinarse al consumo humano.

Tipos de membrana

La ósmosis inversa funciona gracias a una membrana denominada semipermeable que permite el paso de líquido, pero no de las sales que éste lleva disueltas.

Básicamente existen dos tipos de membranas:

  • Membranas de Acetato de Celulosa
  • Membranas de Poliamida

Ambos tipos se utilizan extensamente si bien cada una de ellas dispone de unas características propias que a continuación detallamos:

  • La poliamida es químicamente más resistente que el Acetato de Celulosa.
  • El Acetato de celulosa es degradable por bacterias y la poliamida no.
  • La poliamida no resiste el cloro. Para solucionar este problema, TUGARO incorpora en sus equipos de ósmosis inversa Essential, Sindu y Miawa de nuestro fabricante Corsa-Ceasa un filtro de carbón activo que garantiza dicha cloración del agua.
  • La poliamida puede trabajar en un intervalo de pH más amplio que el acetato de celulosa.
  • La poliamida puede funcionar a presiones inferiores al acetato de celulosa.
  • El costo económico de las membranas de poliamida es muy superior al de las membranas de acetato de celulosa.

Tipos de módulos

Se define el módulo en la ósmosis inversa como aquel elemento en el que se dispone la membrana para su utilización industrial o doméstica. 

Existen dos tipos:

Módulos en espiral: están formados por dos membranas unidas (membranas RO) entre sí formando una larga bolsa enrollada alrededor de un tubo que recoge en su interior el agua permeada y que dispone de un espaciador para evitar el contacto entre las membranas y para permitir la circulación del agua a tratar.

El agua a tratar entra por un extremo del módulo circulando por el espaciador. El agua atraviesa las paredes de la membrana y circula por toda la espiral hasta recogerse en el tubo central. El agua de rechazo saldrá por el otro extremo del módulo.

Módulos de fibra hueca: estos módulos están formados por una gran cantidad de membranas de tamaño muy pequeño, dispuestas en su interior de tal forma que cada una de ellas trabaja en forma independiente de las demás.

El agua a tratar llega al interior del módulo por un distribuidor central pasando a la zona del paquete de membranas. El agua pasa a través de ellas hasta llegar al disco soporte que actúa como recolector del permeado. El agua de rechazo saldrá por la parte opuesta junto al tubo de entrada.

Las principales diferencias comparativas entre ambos sistemas son las siguientes:

  • Los módulos en espiral tienen menor rendimiento que los de fibra hueca.
  • La sustitución de módulos es más fácil en el caso de espiral que en el de fibra hueca en los que debe sustituirse todo el conjunto con su contenedor.
  • Los módulos de fibra hueca tienen en su interior muchas zonas muertas y se ensucian con facilidad.
  • El costo económico de los módulos de fibra hueca es superior a los de espiral.

Factores que modifican la eficacia de las membranas

Los principales factores que influyen en la eficacia de las membranas son los siguientes:

  • Presión aplicada sobre la membrana. La presión aplicada influye directamente sobre la cantidad de agua que atraviesa la membrana de tal forma que a mayor presión mayor será la cantidad de agua osmotizada que obtendremos.
  • Concentración de sales en el agua de entrada. Un aumento de la concentración de sales provocará una disminución de la cantidad de agua permeada y además una pérdida de calidad de dicha agua que se obtendrá con mayor concentración de sales. Del mismo modo a mayor concentración de sales mayor presión se necesita para obtener un caudal determinado de permeado. Para concentraciones de sales inferiores a 5.000 mg/l es posible trabajar con conversiones del orden del 75%. Para concentraciones superiores se acostumbra a trabajar con conversiones inferiores. Para agua de mar la conversión normal utilizada es del 35%.
  • Temperatura. La temperatura es un factor a tener muy en cuenta ya que afecta al rendimiento de las membranas. Así, un aumento de la temperatura produce un aumento del caudal de permeado mientras que una disminución de temperatura provocará un descenso de este caudal. Este fenómeno se produce por la variación de la viscosidad del agua en función de la temperatura. No obstante lo anteriormente expuesto, a mayor temperatura, más rápidamente envejecen las membranas con lo cual se reduce su rendimiento. En particular las membranas de acetato de celulosa sufren un proceso de hidrólisis que reduce en forma importante su vida media. En todos los casos se aconseja no superar los valores de 40-45ºC.
  • Valor del pH. El valor del pH ejerce una importante influencia en la solubilidad de algunas sales (hidróxidos, carbonatos…etc.) así como en la estabilidad de las membranas. Las membranas de poliamida pueden utilizarse en un margen de pH de 4-11 (5-9 para agua de mar) sin que se presenten procesos de hidrólisis lo cual es útil cuando se procede a la limpieza de las membranas con agentes químicos. Las membranas de acetato de celulosa deben trabajar en un margen de pH de 4-6 para evitar procesos de hidrólisis lo cual obliga generalmente a la adición de ciertas cantidades de ácido para obtener los valores indicados.
  • Partículas en suspensión. Las membranas de ósmosis inversa son impermeables a las partículas en suspensión, no obstante estas partículas pueden acumularse en la membrana e interferir su correcto funcionamiento. Para determinar el riesgo de ensuciamiento de las membranas debe conocerse el SDI (Silt Density Index) del agua a tratar lo cual nos indicará asimismo las limpiezas periódicas que debemos efectuar y los productos químicos a utilizar. Los módulos en espiral son menos sensibles a las partículas en suspensión que los módulos de fibra hueca.
  • Agentes oxidantes. Todas las membranas, y especialmente las de poliamida, son sensibles a los agentes oxidantes enérgicos tales como cloro, yodo, ozono… etc. que se utilizan frecuentemente para la desinfección del agua. Por este motivo es aconsejable utilizar un filtro de carbón activo para la eliminación de estos agentes oxidantes o bien dosificar un producto reductor que realice la misma función.
  • Gases solubles. Los gases que normalmente se hallan disueltos en el agua se difunden a través de las membranas. Un equipo de ósmosis inversa puede utilizarse para la desmineralización del agua pero no para su desgasificación. En membranas de poliamida el valor del pH es el parámetro más importante para determinar la cantidad de anhídrido carbónico y de sus sales que atravesarán la membrana. En membranas de acetato de celulosa el valor del pH en la retención del anhídrido carbónico es ligeramente menos importante.
  • Sustancias disueltas. Todas las sustancias disueltas que no se difunden a través de la membrana permanecen en el agua de rechazo con el consiguiente riesgo de sobrepasar su solubilidad y de que se produzcan precipitados. Las sales como el sulfato cálcico y el carbonato cálcico se hallan siempre presentes en el agua de mar y en la mayoría de aguas de pozo y manantial. Estas sales pueden precipitar en la membrana afectando su correcto funcionamiento. En el caso de que por las características de diseño del equipo y por los valores analíticos se prevea la formación de precipitados se deberá efectuar un tratamiento mediante intercambio iónico, dosificación de agentes complejantes o dosificación de ácido.

Consejos y estado de la membrana de los equipos de ósmosis inversa

Es importantísimo, conocer el estado de la membrana de nuestro equipo de ósmosis realizando una comprobación de los TDS; si hacemos una comparativa entre el agua mineral de botella y el agua del grifo, los TDS rondaran entre los 100 y 200 mg/L aunque a veces debido a una alta concentración de minerales puede tener valores más altos. 

¿Cómo medir los TDS en el agua?

TUGARO, aconseja utilizar un medidor digital TDS. Un medidor TDS* (Total Dissolved Solids) es un aparato electrónico que sirve para medir la concentración de sólidos disueltos, es decir, el contenido combinado de todas las sustancias inorgánicas y orgánicas en el agua. Funciona a pilas y la mayoría de modelos incorporan también la medición de la temperatura del agua.

*El TDS es el porcentaje del residuo seco que engloba los cationes de calcio, magnesio, sodio y potasio, además de los aniones de carbonato, bicarbonato, cloro, sulfato y nitrato. Se expresa en mg por litro (mg/L) o como partes por millón (ppm).

Según la OMS, el nivel TDS ideal en agua (mg/L): 

  • Menos de 300: Excelente
  • 300-600: Bueno
  • 600-980: Regular
  • 980-1200: Pobre
  • Más de 1200: No aceptable

Por debajo de los 300 ppm (mg/L) no se puede hablar de un nivel de TDS ideal del agua, pero si aconsejar que cuánto más bajos sean los TDS mayor será la pureza del agua; por debajo de los 140 pmm (mg/L) recomiendan la mayoría de los especialistas consultados por TUGARO.

Por último, es importante hacer una advertencia cuando se instala por primera vez un equipo de ósmosis bien presurizado o no presurizado como el modelo Miawa o bien cuando se procede al mantenimiento y cambio de la membrana del equipo de ósmosis. En esta ocasión, no se debe medir los TDS de forma inmediata; la presencia en el agua durante unos días de los restos del carbón del posfiltro o bien de los conservantes de la membrana, alterarán la medida de los TDS.

Pre-tratamientos

Uno de los factores más importantes para conseguir el perfecto funcionamiento de una instalación de ósmosis inversa, y para garantizar una larga vida de las membranas, es un adecuado pre-tratamiento del agua antes de su entrada al equipo. 

Las principales causas que dan lugar a problemas en las membranas son la existencia en el agua a tratar de los siguientes productos:

  • Coloides y partículas en suspensión
  • Bacterias y algas
  • Hierro y manganeso
  • Estroncio y bario
  • Sustancias orgánicas, aceites y grasas
  • Cloro
  • Calcio y magnesio

Para aguas de pozo o manantial deben considerarse todos estos apartados y por consiguiente el tratamiento previo deberá decidirse a partir de un análisis químico completo del agua de entrada.

Para agua de red, debido a que éstas ya han sufrido un tratamiento previo, normalmente sólo deberá aplicarse el siguiente pre-tratamiento:

  • Filtración. Es importante establecer como último paso previo a la entrada al equipo de ósmosis inversa una filtración de 5 a 10 micras para la retención de partículas en suspensión que dañarían las membranas.
  • Tratamiento del calcio y magnesio. La presencia de calcio y magnesio es perjudicial para el funcionamiento de los equipos de ósmosis inversa ya que al concentrarse en el agua de rechazo se produce una precipitación de sus sales que obstruyen las membranas. Para solucionar estos problemas, TUGARO propone tres soluciones principales según la dureza del agua a tratar y el tipo de instalación:
    • Descalcificación mediante resinas de intercambio iónico.
    • Acidificación mediante dosificación de ácido. Generalmente se utiliza ácido sulfúrico diluido  bien ácido clorhídrico diluido.
    • Adición de inhibidores para formar complejos de calcio y magnesio y evitar su precipitación. Se utilizan generalmente polímeros acrílicos y también hexametafosfato sódico.
  • Eliminación de cloro. La presencia de cloro perjudica la estabilidad de las membranas, especialmente las de poliamida. Para solucionar este problema se incorpora un filtro de carbón activo que garantiza la decloración del agua a tratar o bien se dosifica un producto reductor.

Post-tratamientos

Los post-tratamientos necesarios para el agua osmotizada dependen en gran parte de su utilización. El agua permeada es un agua de muy baja mineralización, con carácter agresivo y con un pH relativamente bajo alrededor de 6.0 – 6.5 producido por la presencia de anhídrido carbónico disuelto que atraviesa las membranas. Este pH puede ser incluso más bajo en caso de haberse utilizado un pre-tratamiento basado en la acidificación del agua. En estos casos pueden encontrarse valores de pH entre 5 – 6.

En aplicaciones industriales, riego… etc. en muchos casos no es necesario realizar ningún post-tratamiento pudiéndose utilizar directamente el agua permeada.

En caso de que el agua se destine a consumo humano generalmente se efectúan los siguientes post-tratamientos:

  • Neutralización de la acidez carbónica mediante productos alcalinizantes.
  • Cloración para evitar la contaminación del agua tratada.

Consumo energético

El agua a tratar generalmente se bombea en el equipo de ósmosis inversa a una presión aproximada de 19 – 25 bar trabajando con conversiones hasta el 75%. En estas condiciones la energía necesaria es de 1.3 – 9 kwh por cada m3 de agua osmotizada.De acuerdo con el principio de la ósmosis inversa el agua de rechazo contiene entre el 10 y el 70% de la energía requerida. En instalaciones pequeñas esta energía no se recupera ya que el rechazo se envía directamente a desagüe. No obstante en equipos para la desalinización del agua de mar donde se trabaja a presiones de 64 bares con una conversión del 35% se utilizan cada vez con mayor frecuencia equipos para recuperar la energía del agua de rechazo. Con estos equipos el consumo energético puede reducirse hasta 4 – 5 kwh/m3 de permeado.

Mantenimiento

Las operaciones de mantenimiento de los equipos de ósmosis inversa deben ser mínimos siempre que exista un correcto pre-tratamiento y que el personal a cargo de la planta disponga de la formación adecuada sobre su funcionamiento.

No obstante, es conveniente realizar limpiezas periódicas de las membranas una o más veces al año según las características del agua de aporte. En caso de que alguna membrana presente una importante reducción de rendimiento a pesar de las operaciones de limpieza, debe procederse a su sustitución para mantener una óptima calidad y la producción deseada de permeado.

Conclusiones

Los equipos de ósmosis inversa permiten obtener de una manera sencilla y simple un agua desalinizada y exenta de contaminación bacteriológica. El proceso se realiza en forma continua y con un adecuado pre-tratamiento solamente precisa un mantenimiento mínimo. Entre todos los tratamientos de agua es la técnica cuyas aplicaciones están experimentando un mayor crecimiento cada día y cuya difusión será cada vez más amplia en el futuro.

LIMPIEZA DE SU SISTEMA DE OSMOSIS INVERSA

Eventualmente llegará el día en que su sistema de ósmosis inversa requiera una limpieza. La limpieza se recomienda cuando su sistema muestra evidencias de ensuciamiento, justo después de un largo período fuera de servicio o como parte de la rutina de mantenimiento. Las señales de que existe ensuciamiento y que indican que es hora de limpiar son: una disminución entre 10 a 15% en el flujo de permeado normalizado; un 10 a 15% de disminución en la calidad de permeado normalizado o un 10 a 15% de incremento en el diferencial de presión normalizado entre alimentación y concentrado.

La limpieza frecuente del sistema de ósmosis inversa debida a ensuciamiento puede variar según el caso. La regla general para una frecuencia de limpieza aceptable es una vez cada 3 a 12 meses. Si usted tiene que limpiar más de una vez al mes, es probable que se justifique invertir capital para mejorar el sistema de pretratamiento de ósmosis inversa, o rediseñar la operación de la misma. Si la frecuencia de limpieza es de uno a tres meses, podría concentrar sus esfuerzos en mejorar la operación de su sistema existente pero en ese caso el gasto adicional de capital puede ser difícil de justificar.

Una de las características de diseño del sistema que es comúnmente ignorada en la reducción de la frecuencia de limpieza del sistema de ósmosis inversa, es el uso del agua de permeado para enjuagar y eliminar del sistema los agentes ensuciantes. Remojar con agua de permeado los elementos del sistema mientras están en reposo puede ayudar a disolver incrustaciones y precipitaciones presentes, reduciendo la frecuencia y/o intensidad de las limpiezas químicas.

La causa por la cual se requiere de una limpieza puede variar de lugar a lugar y aún entre ocasiones consecutivas para el mismo sistema, dependiendo de los agentes ensuciantes frecuentemente la situación se complica se está presente más de un agente de ensuciamiento. Los agentes ensuciantes típicos son:

  • Incrustación por carbonato de calcio
  • Incrustación por sulfato de calcio, bario o estrocio
  • Óxido metálico (hierro, magnesio, aluminio, etc.)
  • Incrustaciones por compuestos de sílice
  • Depósitos coloidales (inorgánicos o mezcla de inorgánicos y orgánicos)
  • Material orgánico de origen natural o hecho por el hombre
  • Biológico (gel biológico, hongos o moho)

Existen numerosos factores envueltos en la selección del químico o químicos de limpieza apropiados y una correcta rutina de limpieza. La primera vez que usted tenga que realizar una limpieza, se le recomienda comunicarse con el fabricante del equipo, el fabricante del elemento de ósmosis inversa o el especialista en suministro de químicos del sistema. Una vez que son identificados el o los agentes ensuciantes sospechosos de haber causado el problema se recomendarán uno o más químicos de limpieza. Estos químicos pueden ser genéricos y encontrarse fácilmente disponibles comercialmente, o pueden ser soluciones de limpieza de la empresa que fabrican químicos especializados para su uso en sistemas de ósmosis inversa. Las soluciones de los proveedores de químicos especializados pueden ser más costosas pero son generalmente más fáciles de usar y tienen ventajas del conocimiento intelectual suministrado por estas compañías. Un servicio invalorable que ofrecen algunas de estas compañías es que pueden determinar los químicos de limpieza adecuados y el protocolo de limpieza probando en su laboratorio un elemento sacado de su sistema, antes de efectuar la limpieza en el equipo completo.

No es poco común que tenga que utilizar varios químicos de limpieza en una secuencia específica para obtener una limpieza óptima. Hay ocasiones en que un pH bajo de limpieza se usa primero para remover agentes ensuciantes como incrustaciones minerales, seguido de una limpieza de pH alto de limpieza para remover material orgánico. No obstante, hay casos en que se usa un pH alto de limpieza para remover ensuciantes como aceite, seguido de un pH bajo de limpieza. Algunas soluciones de limpieza contienen detergentes que se agregan para ayudar a remover desperdicios biológicos y orgánicos pesados, mientras otros contienen un agente quelante como EDTA, que se agrega para ayudar a remover material coloidal, material orgánico y biológico, e incrustaciones de sulfatos. Es importante señalar que la inadecuada selección de químicos de limpieza o de la secuencia en la introducción de químicos puede empeorar el ensuciamiento.

DIFERENCIAS QUE EXISTEN ENTRE LOS EQUIPOS PRESURIZADOS Y NO PRESURIZADOS

¿Estás pensando en un equipo de ósmosis inversa para disponer de un agua con gran pureza, sabor y calidad en el grifo de tu casa?

En TUGARO disponemos de una gama de equipos de ósmosis inversa, diferenciando aquellos que necesitan de un depósito presurizado de agua acumulada ya purificada (ósmosis inversa presurizada) de aquéllos que no necesitan depósito de agua acumulada presurizada (ósmosis inversa no presurizada).

Veamos cuáles son las principales diferencias:

  • Los equipos presurizados suelen ser más económicos y su rendimiento es bastante inferior a un equipo no presurizado como el Osmotic y Miawa de nuestro fabricante Corsa-Ceasa.
  • Por lo que respecta a los componentes los equipos presurizados no disponen de contenedor de filtros y, además, su membrana tiene una duración aproximada de unos 3 años, mientras que en los equipos no presurizados su vida útil es mucho menor.
  • Otra de las principales diferencias son el control y la seguridad de los equipos. ¿En qué consiste? Los equipos presurizados no disponen de lámpara de desinfección UV, ni de control electrónico de fuga de agua, además de muchos otros.
  • Además, existen una serie de ventajas que hacen que los equipos no presurizados sean más eficientes a la larga: sus depósitos son accesibles para su limpieza, tienen mayor rendimiento y su producción de agua es constante.

Finalmente, destacar un detalle muy importante: la instalación de un equipo de ósmosis es totalmente compatible entre sí con un equipo de descalcificación en tu casa.

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Osmosis Inversa

OSMOSIS INVERSA

Cómo funciona

Es conocida como ultra purificación en la cual se hace pasar al agua a altas presiones a través de una membrana semipermeable que separa el agua más alta en sales y el agua baja en sales.

La función de la membrana semipermeable es quitar la mayor parte de los sólidos disueltos totales de un 95% a un 99 % y el 99% de todas las bacterias. El agua pasa a través de la membrana a alta presión de tal modo que las impurezas salen por detrás dejando fluir y continuar con su proceso al agua más pura.

Tipos

osmosis inversa presurizada tugaro

Presurizada

Promoción

No Presurizada

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